Al fondo de la estancia Al fondo de la estancia


Cómo era aquello que sonaba en la radio
allá al fondo, a lo lejos, llenándola toda,
la casa, de presencias sonoras,
en esas tardes ajenas,
como anestesiadas.

Y las golondrinas. Cómo era que llegaban
a la pared frontera de mi casa,
sembrándola de antiguas promesas,
que yo creía tocar con el borde de mis dedos.
Nunca cumplidas.

Y de repente tú
y mis 64 años
apresuradamente hilvanados
al hilo de mi espalda. En el espejo.


Y vuelvo la cabeza buscándote
en los ojos
tu reciedumbre de hembra.
De madre que no ha sido.
Porque yo sólo llevo
pequeñas promesas no cumplidas.
Historias de piratas
y un corretear de niños que se pierde
al fondo de la estancia.

Indice 2015